miércoles, 19 de mayo de 2010

EVALUACIÓN PSICOPEDAGÓGICA... ¿PROFECÍA AUTOCUMPLIDA?

A continuación, se cuenta de forma muy sintética una investigación del psicólogo Robert Rosenthal de la Universidad de Harvard, que aparece en su libro "Pygmalion in the classroom".

En una escuela de dieciocho maestras y más de seiscientos cincuenta alumnos, la profecía que se autocumple se introdujo en el cuerpo docente del modo siguiente: antes de empezar el año escolar, los alumnos debían ser sometidos a un test de inteligencia y se comunicó a las mestras que, según el test, había un 20% de alumnos que durante el año escolar harían rápidos progresos y tendrían un rendimiento por encima del término medio. Después de la administración del test, pero antes de que las maestras entraran por primera vez en contacto con sus nuevos alumnos, se les entregaron los nombres de aquellos alumnos (realmente era una lista con nombres al azar) de quienes se podría esperar con seguridad un desempeño extraordinario según los test. De esta manera, la diferencia entre esos alumnos y los demás chicos estaba solamente en la cabeza de su maestra. Al terminar el año escolar se repitió el mismo test de inteligencia administrado a todos los alumnos, y efectivamente resultaron cocientes de inteligencia superiores al término medio en aquellos alumnos "especiales", además el informe del cuerpo docente señalaba que esos niños aventajaban a sus condiscípulos también en conducta, en curiosidad intelectual, en simpatía,...
1. ¿Dedicamos tiempo a pensar en la importancia de lo que "tenemos en nuestras manos"?
2. ¿Hasta qué punto nos dejamos influenciar por comentarios, expedientes, informes...?
3. ¿A qué se debe el éxito o no de un alumno/a? ¿Podemos influir en él?
4. ¿Qué es lo que vemos en el alumnado: déficits o potencialidades?
5. ¿Cómo habría de hacerse o interpretarse una evaluación psicopedagógica para no caer en el etiquetado y sea una herramienta útil y necesaria para atender a la diversidad?
6. ¿Qué uso se le da a las evaluaciones psicopedagógicas? ¿Se pueden convertir en profecías autocumplidas?

10 comentarios:

  1. Lo cierto es que el sistema educativo español, por sí solo carece de calidad, dejamos en manos de maestros y maestras responsabilidades muy responsables, no es fácil detectar necesidades acertadas puesto que esta labor es complicada. Desde mi experiencia como docente en texto que acabo de leer es muy realista, etiquetamos sin saber el porqué, tal vez porque nos lo dijo el compañero del aula de la derecha o porque creemos saberlo todo sobre un alumno en concreto; lo cierto es que la evaluación psicopedagógica puede ayudar pero también puede perjudicara un alumno, y si se diagnostica mal? despues de la evaluación no podemos caer en el error de olvidar el seguimiento y tener muy presente que las etiquetas mejor en las prendas de ropa.
    Yolanda Sánchez López

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  2. Lo cierto es que no se le dedica todo el tiempo que es necesario, cuando una evaluación psicopedagógica debe ser algo minucioso, si además se realizan influenciados ya por comentarios o informes anteriores, se confía tanto en esos datos que casi se pueden limitar a corroborarlos, a escoger aquellas variables que confirman “la teoría” dejando a un lado muchos más aspectos que pueden cambiar considerablemente esa teoría, pero claro, supone un desajuste que no se esta dispuesto a afrontar, porque acarrea mucho más trabajo.
    Nosotros si podemos influir considerablemente en el éxito o fracaso de un alumno, profesores que dejan ver expectativas muy bajas sobre un alumno hacen que ese alumno se convenza también de que no puede alcanzar ciertas metas, en definitiva puede que en vez de alentarnos se les limite porque es mucho “más fácil”. Hoy en día todavía se centran mucho más en los déficits de los alumnos que en sus potencialidades, cuando poniendo el énfasis en las potencialidades se puede avanzar muchísimo más en vez de permitir que nuestros alumnos se estanquen poniéndoles la etiqueta nosotros mismos.
    La evaluación psicopedagógica se realiza para ajustar la respuesta educativa a las necesidades del alumno, pero pretendiendo la superación de sus dificultades no la etiqueta que lo imposibilita para avanzar lo que debería, suelen provocar en los maestros una actitud de “lavarse las manos” cuando todo lo contrario, se deben asumir muchas más responsabilidades a la hora de trabajar con ese alumnado.
    Una vez más, que estos recursos no tengan el valor y la utilidad que se merecen, se debe a una falta de dedicación y profesionalidad del maestro.

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  3. La evaluación psicopedagógica nos debería ayudar a conocer a un alumno/a y sus posibles dificultades a través de su recogida de datos, análisis y valoración. Esto tendría que guiarnos para hacer un buen uso del acto didáctico con él, aprovechando al máximo sus capacidades. Sin embargo, la realidad es muy distinta, se cae en el error del etiquetaje, por lo que aunque se sigan las orientaciones de esta evaluación, no transmitimos las mismas expectativas sobre estos alumnos que con otros "más brillantes". En el texto, al estar los docentes influenciados por los test de inteligencia, sacan el máximo potencial de los discentes que han etiquetado como inteligentes.
    En conclusión, para un docente la evaluación psicopedagógica debería ser un documento que le oriente en su reto para que un determinado alumno/a tenga un proceso de enseñanza-aprendizaje provechoso y logre un cambio positivo en la conducta y en el avance académico.

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  4. Está claro que los profesores muchas veces son influenciados por comentarios,expedientes etc y no tratan siempre de la misma manera a todos los alumnos. Y la realidad es que aunque no es un factor decisivo para que un alumno fracase, si que influye en él en cuanto a rendimiento se refiere. Como ejemplo podemos destacar que muchas veces los docentes por el simple hecho de conocer que un alumno posee un informe psicopedagógico ya lo tratan de forma diferente y sus expectativas hacia él varían, aunque sea de forma inconsciente.
    Por ello los resultados de una evaluación psicopedagógica no sólo debería plasmar aquellas deficiencias que se detectan en el alumno sino que además sería conveniente destacar también los aspectos positivos que posea. Así, en mi opinión, creo que no caeríamos tan fácilmente en el "etiquetaje".

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  6. Tristemente vemos déficits y actuamos en consecuencia de los mismos, es decir, vemos déficits y al mismo tiempo provocamos su aparición.
    Parece que el poder de la profecia tiende a cumplirse en demasiadas ocasiones. Pensamos que es casi imposible no dejarnos influir por lo que se nos dice, vemos u oimos de manera accidental o no. sin embargo, deberiamos depurar nuestro pensamiento de sombras de negatividad, es decir, si a través de una creencia nuestra como se nos explica en el caso expuesto, somos capaces de crear el ambiente propio para que realmente se de ese hecho...¿por qué no emplear todo ese potencial en pro-del alumno? ¿por qué no creernos que cada uno es brillante y que va a dar lo mejor de si? y si podemos creerlo...¿por qué no provocarlo?

    Si somos capaces de creer y crear etiquetas, vamos a procurar que estas sean para fomentar las capacidades y el desarrollo educativo y social de aquellos que son nuestra responsabilidad, los alumnos

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  7. La profecía autocumplida es una realidad estudiada y demostrada desde la Psicología social, existe y es inherente a los seres humanos, por lo tanto el planteamiento no es rechazarla sino conocerla para utilizarla en el plano positivo que puede tener en el campo de la motivación en los aprendizajes. En este sentido y relacionándola con la evaluación psicopedagógica queda claro que ésta no debe incluir etiquetas negativas sino partir siempre de las capacidades del alumno, resaltándolas para hacer ver que nos debemos apoyar en ellas para trabajar aquellos aspectos que necesiten ser implementados.

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  8. El sociólogo Robert K. Merton (quien acuña la expresión de profecía autocumplida)en su libro Teoría social y estructura social da la siguiente definición:

    "La profecía que se autorrealiza es, al principio, una definición "falsa" de la situación que despierta un nuevo comportamiento que hace que la falsa concepción original de la situación se vuelva "verdadera".
    Todo esto demuestra que los docentes tenemos una gran influencia en el éxito académico de los discentes, ya que si el alumnado siente que el profesor/a tiene buenas expectativas sobre él/ella se ha demostrado que el rendimiento académico del mismo se optimizará y obtendrá buenos resultados.
    Lo que importa realmente es trabajar con las potencialidades que tenga el alumno/a teniendo en cuenta la parte positiva del informe de evaluación, es decir, darle una visión constructiva y no pesimista.
    Si como docentes u orientadores no animamos y motivamos a los alumnos/as, entonces ¿quién lo hará?, obviamente la familia es otro agente decisivo que influenciará en las actuaciones futuras de su hijo/a, aunque hemos presenciado muchas veces la falta de compromiso y expectativas demostradas.
    En definitiva, los docentes deben tener siempre en mente unas buenas profecías autocumplidas de sus alumnos, sólo así podremos darnos cuenta de las destrezas y habilidades que puedan llegar a alcanzar.

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  9. Las expectativas de los profesionales o la inclinación hacia el alumno puede influir en su desarrollo normal.
    El tema de la profecía se enfoca en uno de las dificultades o defecto de las personas que evaluan, en este caso como puede influir en el alumno el que le pueda caer mejor o peor a el profesor de tal forma que modifique la perspectiva hacía el, el el llamado efecto pygmalion.
    En este caso vemos que los porcentajes de capacidades son altas.

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  10. REflexionando a partir del artículo y tomando como referencia nuestro sistema educativo; digo que nos empeñamos en organizar, reorganizar, estructurar y reestructurar la educación, el proceso de e-a, la atención educativa, la integración, el apoyo, la inclusión...; sin pararnos verdaderamente a pensar qué tipos de ciudadanos deseamos para nuestro país partiendo de lo que tenemos, de las carencias y de las necesidades de los alumnos, los padres y profesores. Creo que todo es más sencillo de planificar, si no ¿por qué en otros países funciona y aquí en España no?. Magiesterio no puede ser una de las carreras más fáciles de cursar en nuestro país, ni se debe permitir que los maestros se saquen la plaza como funcionario y se duerman en los laures. Nuestra profesión es tan imporatnte como la de los astronautas de la NASA, ya que ejercemos sobre personas con sentimeintos, ilusiones, capacidades y actitudes muy diversas pero a las que hay que dar respuesta, contando y obligando a ello a la familia a que nos dé su apoyo y a que colaboren. Por ello creo que no es tan necesario un proceso tan planificado, justificado y etiquetador como la Evaluación Psicopedagógica como el gran proceso que marca si un alumno aprueba o no con asterisco (Adaptación Curricular); si no que lo verdaderamente importante es contar con la preparación, los recursos y el apoyo necesario para dar respuesta a ese alumno que tiene aquellas dificultades. Claro está, saliendo de esta dinámica equivocada en la que se tiende a conceder todo a los niños y adolescente, privándolos de cualquier esfuerzo, de la necesidad de que asuman la realidad personal y social de sus capacidades, de madurar y dejar de premiar a los alumnos que no se esfuerzan nada porque saben que por imperativo legal promocionan de curso y tarde o temprano a través de una forma u otra obtendrán el título de secundaria sin ningún tipo de esfuerzo.

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